viernes, 11 de febrero de 2011

A UNA HIJA

Pulsé algunos botones
y dijiste ¿hola?
Tu voz sonaba triste.
No supe qué decir.

Fue tan simple en otro tiempo
cuando poner en mundo en orden
dependía solo de mí.

EL TIEMPO INFINITO

Por un instante,
sent´el tiempo
como en la infancia.

Era infinito,
la muerte
un asunto de ancianos.